Raíces Secundarias
Sallaberry, 52
Los orígenes del capitalismo en Latinoamérica están directamente vinculados con el colonialismo europeo en la región: desde las expediciones botánicas en el Caribe del siglo XVI, hasta la industria minera en la Bolivia actual, un comparable afán monopolizador y agiotista, sostenido sobre una historia de violencia, ha diezmado los recursos naturales de la zona. De un modo similar, el uso y abuso de seres humanos, enraizado en el fenómeno del esclavismo y el comercio de personas africanas y locales en el Virreinato de Nueva España, reaparece vinculado al robo de bebés en las dictaduras del Cono Sur durante la segunda mitad del siglo XX. Gabriela Bettini señala la relación histórica entre ambos momentos, colonialismo y neoliberalismo, a través de su propia biografía marcada por la dictadura militar argentina de 1976-1983. Raíces secundarias plantea un recorrido entre el pasado y el presente, entre el entorno natural y el cuerpo, en el que las imágenes del paisaje latinoamericano y los recuerdos familiares de la artista se entrelazan. Como si se tratara de una instalación, esta exposición se plantea como un itinerario con dos frecuencias; por un lado, la contemplación de las pinturas, íntimamente ligada a la lectura de los textos de Bettini; por otro, la reunión de textos e imágenes en una publicación realizada especialmente para esta exposición.
“¡Ustedes no son conscientes del enemigo al que se están enfrentando!”1
La serie de pinturas de gran formato Chuquicamata II, III y IV muestran la gigantesca mina a cielo abierto de cobre, oro y molibdeno al norte de Chile. El paisaje montañoso y desértico aparece fragmentado por encuadres superpuestos de color que señalan la transformación de la orografía local a lo largo de los siglos. Estos recuadros funcionan como una suerte de vistas estereoscópicas que permiten observar simultáneamente el “antes” y el “después” de la zona. Donde en otro tiempo hubo majestuosos picos nevados, la línea del horizonte es hoy lisa y monótona. Donde previamente crecieron cactus y palmeras, no queda hoy más que sequedad. The Heart of the Andes hace referencia a la célebre panorámica de Ecuador realizada por Frederic Edwin Church, pintor de la Hudson River School. En esta ocasión, Bettini también fractura el paisaje: la artista desarticula la monumentalidad de la obra de Church reproduciendo en carboncillo y conté sobre papel cuatro únicos detalles de la exuberante naturaleza andina del cuadro original. A pesar de tratarse de dibujos independientes, las escenas de Bettini están atravesadas, estrechamente enlazadas, por una mancha dorada que alude a la explotación aurífera del Quito colonial. En ambas series, Bettini reflexiona sobre los paralelismos entre la evolución de la representación de la naturaleza Latinoamericana, desde Europa y Estados Unidos, y la implantación de una economía extractivista en la región.
“[...] la conmoción familiar que había supuesto el asesinato de mi tío Marcelo y la desaparición de mi abuelo Antonio. [...] la desaparición de mi bisabuela, Memé [...]”
El expolio de metales preciosos y la consecuente erosión del paisaje mostrados en estas piezas aparecen de nuevo en Red-breasted Toucan, Mexican Hummingbirds, Family of Hummingbirds, Prickly Pear, The Great Water Lily of America y Passiflora. Inspirados por las minuciosas ilustraciones de las especies animales y vegetales nativas del continente, a menudo destinadas a escritos de índole científica, estos óleos sobre lino meditan acerca de la extinción de la biodiversidad en Latinoamérica. Las aves (colibríes, tucanes) y plantas (nenúfares, cactus, flores de la pasión) son propias de los climas tropicales que pinta Bettini. Sin embargo, estas aparecen semiocultas, quizá camufladas, deliberadamente anuladas por manchas geométricas plateadas, en referencia a la extracción del mineral. Estas formas cuadradas y circulares traen a la memoria diversos mecanismos de amordazamiento y tecnologías de representación, desde los cuadrados negros usados para censurar cuerpos desnudos en los medios de comunicación, hasta las miras telescópicas del armamento militar. Estos bloques metalizados amenazan asimismo con la posibilidad de la ausencia y el riesgo de la desaparición.
“En el año 1977, mi familia escapó de la dictadura argentina, en un periplo que la llevó primero a Montevideo, después a Río de Janeiro y finalmente a Madrid. [...] Fui apátrida hasta 1983.”
His Majesty’s Giant Anteater rinde homenaje a la osa hormiguera gigante que sobrevivió a un viaje de 80 días en barco y 30 en carro desde su Buenos Aires natal hasta el Madrid de Carlos III. Allí fue retratada por Francisco de Goya, custodiada en la Casa de Fieras del Jardín del Buen Retiro y finalmente exhibida en el Real Gabinete de Historia Natural tras su muerte, siete meses después de llegar a España.[2] Sample of American Birds I y II, y Large and Small Turtles from America, son un tributo a otros animales también desplazados en aras del progreso de la zoología europea. Originalmente pintados como objeto de estudio por artistas noratlánticos, exponen el objetivo de dominar la naturaleza americana mediante su documentación y clasificación. Bettini enmarca las representaciones de estas aves y reptiles con franjas de colores vivos (rosa, verde, azul) que los ensalzan como individuos dignos de ser recordados. En Colección de mariposas y Herbario aparecen docenas de ejemplares de fauna y flora sobre el fondo crudo del lino sin pintar. Son especies desprovistas de cualquier vestigio o información sobre su entorno, desplazadas de su hábitat. Como si se tratara de las imágenes complementarias de un taumatropo, en Agave / Guacamayo un enorme papel tendido sobre un bastidor muestra, de un lado, una planta suculenta, y del otro, un ave de colorido plumaje. A pesar de estar sumamente próximos, la planta y el ave están espalda con espalda y, por tanto, son incapaces del reencuentro que los devolvería a su lugar natural: un guacamayo posado sobre un agave.
“[...] esta es una historia de fantasmas [...]”
En Raíces secundarias, Gabriela Bettini reflexiona sobre la relación entre el colonialismo y el neoliberalismo en América Latina, e indaga en el papel de las tecnologías de la mirada y de la representación de tal modo que lo personal y lo social resultan indiscernibles. Partiendo de herramientas similares (documentación, investigación, identificación y resignificación), Bettini ha desarrollado una exploración de la violencia en paralelo a la búsqueda de su identidad como hija de exiliados, miembro de una familia con numerosos desaparecidos. Se trata de mostrar cómo el capitalismo en Latinoamericana ha sacrificado no solamente recursos naturales sino también personas a lo largo de los últimos siglos. Acosados por la dictadura militar argentina, Bettini y sus familiares corrieron una suerte similar a la de los insectos, aves y mamíferos, flores, árboles y montañas que pueblan la obra de la artista: una historia de expolio y exterminio, desarraigo e itinerancia. Las imágenes y las palabras de Bettini, las pinturas y textos de esta exposición, nos invitan a considerar cómo, si el arte es capaz de cambiar la interpretación de la realidad de quienes miran, también puede cambiar la Historia.
“Gabriela Bettini - Raíces secundarias”
Text by Blanca Serrano Ortiz de Solórzano
1 Todas las citas entrecomilladas son extractos de los textos de Gabriela Bettini en esta publicación. Gabriela Bettini, Raíces Secundarias. (Madrid: Sabrina Amrani, 2022).
[2] Las investigaciones más recientes apuntan a que Francisco de Goya y Lucientes pintó La osa hormiguera de Su Majestad en 1766, pero esta teoría no está confirmada. Véase Carmen Martínez, “La osa hormiguera que cautivó a Su Majestad,” en el blog del Museo Nacional de Ciencias Naturales el 8 de octubre de 2020. Último acceso el 26 de febrero de 2022. https://www.mncn.csic.es/es/comunicacion/blog/la-osa-hormiguera-que-cautivo-su-majestad