Desbordar al centro de la noche
Madera, 23
Sabrina Amrani se complace en presentar Desbordar al centro de la noche, la tercera exposición individual de Julia Llerena en la galería.
Partiendo de una obsesión por recolectar materiales y su consiguiente proceso de clasificación, Julia Llerena lleva una década construyendo un archivo de lo cotidiano. En su estudio-taller, los materiales rotos, las piezas huérfanas, los desechos y descartes de terceros se transforman en lenguajes, se dotan de estructuras o se convierten en nuevos objetos del presente. ‘Desde la acumulación [del pasado] se construye la memoria y nace el recuerdo’, dice la artista. Así mismo, los dos corpus de trabajos que habitan el espacio de la galería, Reverberación del verbo y Desbordar al centro de la noche, son los ecos del pasado, o pasados, que la artista re-materializa, con una forma y tesitura distinta.
En la práctica de Julia Llerena los residuos del pasado son herramientas al servicio de la palabra, sirven a la transcripción y a la creación de imágenes poéticas. Esta muestra toma prestado el título de un verso del poema de la escritora Uruguaya Ida Vitale, ‘Traducir’1. La poesía lleva el poder de la palabra, una combinación de palabras se traduce en una imagen poderosa, provoca una emoción’, según Llerena. Con esa convicción, los versos de Vitale, Maurice Blanchot y Chantal Maillard pueblan las obras expuestas en el espacio. Aquí Julia Llerena despoja las palabras de su racionalidad y las dota de una dimensión física, con relieve y pliegues, asperezas y brillos.
Las dualidades son una constante en la práctica de Julia Llerena y a medida que el visitante se adentra en la exposición puede discernir entre lo percibido y lo real. Las telas negras no lo son completamente, las gasas ligeras aparentan la densidad del mármol y los textiles se adornan con un ajuar de cadenitas, espejos, cristales de joyería o de trozos de antiguas lámparas de araña. La superficie es tanto delante como detrás de la obra, cumpliendo la doble función de lienzo y de pared. Aquí el tiempo se dobla sobre sí mismo, ya no es lineal: el pasado y el presente ocupan el mismo plano físico, el de la superficie dual de las obras.
Según Roland Barthes, texto quiere decir tejido. Un tejido detrás del cual se encuentra, más o menos oculto, el sentido (la verdad) y donde acentuamos la idea generativa de que el texto se produce, se trabaja a través de un entrelazado perpetuo, en el que el sujeto se pierde y se deshace inmerso en él2.
La muestra ‘Desbordar al centro de la noche’ es la traducción de una serie de apuntes y vivencias personales de la artista, un lugar donde se gestan tanto los sueños, como la duda, los miedos. Como de costumbre en la práctica de Julia Llerena, el mensaje está libre, no se lee, el recuerdo se debe intuir y sentir.
1 ‘Traducir’ de Ida Vitale, ‘La escritura del Desastre’ de Maurice Blanchot, ‘No existe el infinito’ (Matar a Platón) y ‘La herida en la lengua’ de Chantal Maillard.
2 Extracto de un texto de Raquel G. Ibáñez sobre la práctica de Julia Llerena (Mayo 2021), referencia a Roland Barthes (El placer del texto y lección inaugural. 1973.)