La tranquila imaginería de Gillani baila su danza, ajena al bagaje de expectativas y a las sorprendentes intervenciones y experimentaciones que tomaron por asalto el mundo del arte internacional. Hablo con él sobre el reto que supone esta época para los artistas, en particular para los especializados en el estudio de miniaturas. [...] Con un enfoque fresco que acalla el ruido, su obra es antiespectáculo y deja espacio al espectador para divagar. Se apresura a refutar la idea cuando le hago notar el carácter meditativo de su línea repetitiva.

-Amra Ali