'Metamorfosis' es una presentación en dos volúmenes. '(M)eta(M)orphosis (Vol. I) es una presentación individual de Amina Benbouchta en Artissima 2015 (Torino, Italia).
Se lleva a cabo casi simultáneamente con su segunda exposición individual en la galería Sabrina Amrani (Madrid, España): "(M)eta(M)orphosis (Vol. II)’ que abrirá el próximo 12 de noviembre.
Por un juego de transversalidad entre diferentes temas que conforman la evolución del ciclo de la vida, Amina Benbouchta estudia este tema universal en el mundo que nos rodea. Haciendo uso de su propia experiencia, la de los seres humanos en general, y de las mujeres en particular, la artista explora el fenómeno que gobierna nuestra existencia.
La metamorfosis siempre se ha relacionado tanto con el deseo como con el ejercicio del poder. El cuerpo femenino cristaliza los enigmas del proceso de metamorfosis, porque la mujer siempre se representa como el objeto de la violencia, tomada entre la sumisión a los dictados impuestos por una sociedad patriarcal y el deseo de emancipación.
Amina Benbouchta no sólo quiere discutir aquí el tema de la metamorfosis por referencia a la mitología, lo que le interesa más es el entre-dos: diseccionar a través de imágenes cargadas de tensiones la cronología de las diferentes etapas de la mutación humana y su evolución a través del ciclo de la vida. Analizar el complejo proceso de transformación y hacer hincapié en la noción del tiempo que transcurre entre el objeto original y el objeto transformado.
Así mismo, la serie de fotografías de Amina “Down the rabbit hole” se inspira en la madriguera del conejo: como en el cuento de Lewis Carrol, las realidades psicológicas se convierten en realidades objetivas, fronteras borrosas entre el interior y el exterior, igual que Alicia, siempre al límite de lo correcto pero forzando ese límite. Las mujeres que aparecen en las fotografías son invisibles en el fondo de la madriguera, figuras modernas de una Alicia que se evaden por la fantasía de la imaginación, por silencios con extraños animales y por la supresión del paso del tiempo.
Con esta serie de fotografías Amina Benbouchta consigue un exceso de realidad, como si la pintura hubiera logrado hacer valer sus excesos. Es en estos cuidados decorados, en estos paisajes familiares, es dónde cualquier mujer puede reconocerse, dónde quiera que vivan y sea cual sea su condición. Todas aquellas mujeres que en algún momento han sido o se han sentido un objeto sin rostro, despersonalizado, invisibles en una cárcel doméstica de oro.
Para muchas artistas mujeres lo importante es hablar de la situación ambigua de la mujer, posicionada en una sociedad en la cual es a la vez venerada y sagrada, pero al mismo tiempo disminuida o en peligro. Benbouchta trata de marcar el contraste entre la belleza de la forma, el color y los materiales que aparecen en sus fotografías haciendo referencia al confinamiento, la opresión o la sumisión. Ropas de seda, valiosos caftanes cubiertos con bordados de oro, que se convierten en cajitas maravillosas para el cuerpo de las mujeres pero que en ocasiones pueden ser grilletes insoportables. No se puede distinguir diferencia entre los finos adornos de las pantallas de las lámparas y los del vestido de la mujer.
Los elementos y la iconografía de las fotografías de Amina Benbouchta son una extensión de su práctica artística como pintora y escultora. Un universo pictórico y una práctica que la artista justifica así como ‘para poner en evidencia el espacio que existe entre las cosas y su representación, este entre-dos, su dificultad, su imposibilidad a veces.
Amina expresa en su pintura una dualidad permanente, la coexistencia en un mismo lienzo de la sofisticación y de la torpeza bruta, la yuxtaposición de estéticas contrarias, como si se tratara de pintar sin gusto a priori, sin buscar la seducción, sino enseñar que existe una especie de equivalencia entre las manchas de colores deformes, las tentativas figurativas o los contra-collages de fragmentos de pintura clásica, demostrar que existen signos en estas aplicaciones de color sin brillo y que de este conjunto emerge un orden al servicio del propósito de Amina Benbouchta, dándole su ‘encanto perverso’ como decía Christian Prigent a propósito de Cy Twombly.
En los lienzos de Amina se manifiesta un deseo de recubrir a la vez que otro de borrar. Su iconografía recurrente toma prestado de la memoria, del cotidiano de la mujer, y se traduce en formas que la artista reproduce una y otra vez tanto en pintura, escultura como en fotografía.
Y es justo con este sistema de trabajo, entre códigos asumidos y transgresión, que Amina se convierte en una artista destacada de su generación.
(Text inspired by 'Amina Benbouchta - The surface et le Coeur. - Bernard Collet)